de sí mismo y relacionarse con los demás sin problemas.
A lo largo de la infancia el niño adquiere, además, la capacidad para controlar su propia conducta en función de los puntos de referencia que ha ido teniendo. Sus capacidades cognitivas, motoras y afectivas se transforman permitiéndole configurar su forma de pensar, actuar y sentir.
Hasta los 2 años los cambios más relevantes están relacionados con sus movimientos.
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Entre los 2 y los 6 años nos encontramos en un momento importante para el desarrollo del autocontrol y la autonomía.
El niño puede pensar sobre lo que le sucede, establecer relaciones entre su comportamiento y las consecuencias que recibe.
Adquiere los hábitos básicos que le permiten vestirse, asearse, comer... sin la constante ayuda del adulto. En estos momentos las normas se convierten en puntos esenciales para su desarrollo.
A partir de los 6 años los cambios en el pensamiento son los más significativos.
Poco a poco podrá realizar operaciones más complejas, separándose de la percepción inmediata para integrar el conocimiento y su propia experiencia. Mejoran en su capacidad para adoptar otros puntos de vista, organizar diferentes contenidos, razonar, planificar y resolver problemas.
A continuación encontrarás algunos de los cambios que se producen durante la infancia. Ten en cuenta que aunque podemos hablar de unas características comunes, lo cierto es que cada niño lleva su propio ritmo y es esencial que se respete si queremos contribuir en su proceso de maduración.
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